Ya no basta con identificar los desafíos del cambio climático con grandes objetivos ambientales. Para los inversores, ha llegado el momento de concentrarse cada vez más en las grandes reformas productivas que van a exigir.
Hay que distinguir claramente la dimensión económica y política de la lucha contra el calentamiento. Mientras la segunda se ocupa de definir objetivos macro como cuánto deben reducirse las emisiones de cada país, la primera es la que más debe moldear las preferencias de los inversores. Y el motivo es que es la única que se pregunta específicamente:
- Cuáles son nuestras expectativas de cambio desde el lado de la demanda.
- De qué forma esperamos que las empresas satisfagan esas expectativas desde el lado de la oferta.
- Y dónde van a surgir las principales oportunidades y limitaciones para las empresas en esta transición ecológica.
Más concretamente, según el informe CIO Special de octubre de Deutsche Bank, la dimensión económica de la lucha contra el cambio climático pasa por dar respuesta a unas necesidades sociales distribuidas en cuatro grandes ámbitos: energía, alimentos, manufacturas (incluyendo el sector de la construcción) y movilidad. Por supuesto, esas necesidades hay que contemplarlas desde el punto de vista del impacto que la actividad empresarial tiene en el medio ambiente y también desde el punto de vista de la transformación que el medio ambiente le impone a una actividad empresarial que intenta protegerlo.
Para empezar, por el lado del suministro de energía, es predecible el aumento de la producción de energía renovable libre de carbono. Pero también tenemos que encontrar una forma más sostenible de consumir energía sobre todo a través de la electrificación. A pesar del despegue de la eficiencia, los analistas de Deutsche Bank recomiendan asumir que el crecimiento económico seguirá impulsando el consumo energético.
La energía representa tres cuartas partes de los emisiones globales de gases de efecto invernadero, porque dependemos para producirla de los combustibles fósiles. Y la electrificación solo se convertirá en una gran solución tecnológica al problema si conseguimos generar una electricidad libre de carbono, fiable y suficiente. Estamos avanzando pero queda camino por recorrer: la producción renovable se ha incrementado un 130% en la última década frente al 24% de la no renovable.
En cuanto a los alimentos, la población mundial está creciendo, lo que implica un mayor consumo de calorías y una mayor competencia por la tierra, la energía, y agua. En estas circunstancias, advierte el CIO Special, hay que mejorar la producción, procesamiento, transporte y consumo de alimentos para crear un sistema más eficiente, sostenible y predecible.
Esto solo se puede abordar con unas medidas que conjuguen el aumento de la producción con la mitigación del impacto ambiental, como pueden ser la acuicultura, la agroforestería sostenible, la carne desarrollada en el laboratorio, las nuevas tecnologías de gestión de residuos, los biofertilizantes o el despliegue de unos bienes de equipo de explotación agrícola cada vez más sostenibles.
Por otra parte, como bien sabemos, el modelo tradicional de construcción y fabricación lineal que supone extraer, producir y desperdiciar se ha traducido en un aumento exorbitado de la contaminación y de las emisiones. Y cuatro materiales de los que depende nuestro modelo inmobiliario e industrial (plásticos, amoníaco, acero y cemento) se han demostrado especialmente nocivos para el medio ambiente.
Según los analistas de Deutsche Bank, ahora es necesario avanzar hacia una economía cada vez más circular. Y para ello son de esperar reformas que impliquen desde el rediseño del producto (para mayor durabilidad y facilidad de uso) hasta el uso de nuevos materiales reciclados y de desecho como insumos. Las reformas, según estos expertos, también cambiarán la manera en la que se utiliza y suministra un producto manufacturado, pasando, por ejemplo, de la propiedad al alquiler o el uso compartido).
En cuanto al transporte, hay que reconocer que, en las últimas décadas, el despegue de los ingresos de la población ha facilitado una movilidad cotidiana más personalizada (por ejemplo, con la disposición de más de un automóvil por familia), el consumo de movilidad (por ejemplo, el turismo) y el aumento del comercio por tierra, mar y aire. Todo ello, sumado a la creciente concentración de la población en las ciudades, ha incrementado la demanda de sistemas de transporte y ha desatado el tremendo galope de la contaminación y las emisiones.
En este contexto, el CIO Special de Deutsche Bank identifica avances claros en vehículos alternativos (como los que no dependen de motores de combustión) y en la ampliación del concepto de lo que entendemos como movilidad inteligente (que pasa por la mejora de la movilidad a través de la conducción autónoma o el coche compartido). Al mismo tiempo, añade el informe, puede dar muy buenos resultados la combinación de tecnologías antiguas y nuevas: es más, la flota aérea y marítima mundial puede beneficiarse usando al mismo tiempo los biocombustibles y unos sistemas de propulsión dependientes del petróleo.
Como se ve, los inversores ya no pueden conformarse con buscar las oportunidades de negocio que encierra la transición ecológica basándose, sobre todo, en las repercusiones de grandes metas políticas como los objetivos de reducción de emisiones. Ha llegado el momento, como advierte el informe de Deutsche Bank, de descender al detalle. Y eso significa que deben analizar en profundidad la medida en la que van a afectar a las empresas las reformas revolucionarias que ya han empezado a producirse en los sectores de la energía, los alimentos, la industria (incluida la construcción) y la movilidad. El futuro es hoy.
La información suministrada en este documento está basada en criterios objetivos e información fiable, pero no constituye oferta, ni solicitud para comprar o vender el producto financiero analizado, quedando la opinión expresada en la fecha de emisión del análisis, sujeta a cambios experimentados por los mercados. Deutsche Bank no se responsabiliza de la toma de decisiones que se fundamenten en esta información". Deutsche Bank Sociedad Anónima Española Unipersonal. All rights reserved. Deutsche Bank, S.A.E.U. - RM Madrid,T.28100, L. 0,F.1, S.8, hoja M506294, inscripción 2, -CIF . A-08000614.
Artículos relacionados
Encuesta ESG 2024: Invertir en la transición sostenible
Uso de materiales circulares: la necesidad de cambio
Inversión en ESG: entender los cambios del sistema
Invertir en futuro: la economía azul
Smart Mobility, cambiar optimizar y priorizar. ¿Qué significa esto para los inversores?
La triple crisis planetaria
Esté siempre al día con nuestros expertos
En este espacio de encuentro, grandes expertos en economía nos ayudan a construir un punto de vista sólido, basado en información real y rigurosa. Vea sus programas o escuche el podcast.