La triple crisis planetaria
El cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad son los tres componentes de la Triple Crisis Planetaria. Cada uno de estos desafíos tiene sus propios orígenes y efectos y cada tema debe abordarse si queremos tener un futuro viable en nuestro planeta.
El cambio climático
Alrededor del 90% de todas las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono provienen de combustibles fósiles. La energía, la industria, el transporte, los edificios y la agricultura liberan gases de efecto invernadero al medio ambiente. El cambio climático ya está provocando sequías, escasez de agua, incendios forestales, aumento del nivel del mar, inundaciones y derretimiento del hielo polar.
La contaminación
La contaminación del aire causa más de 7 millones de muertes prematuras al año, lo que la convierte en la principal causa mundial de enfermedad y morbilidad. Nueve de cada diez habitantes de la Tierra respiran aire que excede las directrices de contaminación de la OMS.
La pérdida de biodiversidad
El deterioro de la naturaleza reduce los servicios ecosistémicos y pone en peligro el capital natural. La UICN informa alrededor de 44.000 especies en peligro de extinción. Muchos biólogos creen que aún hay más especies en peligro de extinción, ya que, según Nature Journal, el número de especies se estima en 8,7 millones.
Los tres pilares de la vida
La Triple Crisis Planetaria es el resultado de no incluir el valor del capital natural en nuestra toma de decisiones económicas. Un enfoque estructural que incluya el valor de la naturaleza requiere una visión granular. Por ello, consideramos que el capital natural se compone por tres Pilares de Vida: la tierra, el océano y la atmósfera. Cada Pilar de Vida representa un ingrediente esencial para la vida.
La Tierra
La tierra incluye el suelo, el clima, la vegetación, el terreno y otros recursos naturales, como base para la agricultura y otros usos de la tierra rural. Técnicamente, el término "tierra" se refiere a una región definida de la superficie terrestre que incluye todas las características de la biosfera que están inmediatamente por encima o por debajo de ella, como el clima cercano a la superficie, los tipos de suelo y terreno, la hidrología de la superficie (incluyendo lagos poco profundos, ríos, marismas y pantanos), las capas sedimentarias cercanas a la superficie y las reservas de agua subterránea asociadas, las poblaciones de plantas y animales, el patrón de asentamiento humano y los resultados físicos de la actividad humana pasada y presente.
El Océano
Por océano se entienden todos los componentes vivos y no vivos del entorno natural en el agua, incluida el agua misma. Nos referimos tanto a los ecosistemas marinos y costeros como al uso de los recursos marinos, como los mariscos. Océano es, por tanto, un término colectivo para todo lo relacionado con los recursos hídricos de nuestro planeta. Esto incluye objetos que se encuentran naturalmente en el agua, como animales, y objetos no naturales que se encuentran en el agua, como el plástico. Se calcula que la actividad humana ha alterado gravemente dos tercios del océano.
La Atmósfera
La atmósfera se refiere a las múltiples capas atmosféricas que envuelven el planeta. La atmósfera protege la vida en la Tierra de la dañina radiación ultravioleta (UV), aísla el planeta para mantener una temperatura agradable y previene las temperaturas extremas entre el día y la noche. Al igual que ocurre con la Tierra y el Océano, la actividad humana – principalmente la actividad industrial – ha tenido un impacto significativo en la atmósfera. En 2021, la cantidad total de emisiones de CO² antropogénicas (es decir, causadas por el hombre) en todo el mundo fue de 38.000 millones de toneladas, de las cuales aproximadamente el 80% provinieron de los países del G20.
Doble Materialidad – Energía
El concepto de doble materialidad describe, por un lado, la influencia que las empresas ejercen sobre la naturaleza a través de sus actividades comerciales. Por otro lado, el concepto también refleja el impacto de la naturaleza en las empresas, es decir, la dependencia de la empresa respecto a la naturaleza. El sector energético es el mayor impulsor del cambio climático y un excelente ejemplo de la importancia de la doble materialidad.
Los pilares de la energía del futuro
La Economía
La base de las energías renovables es la viabilidad económica. Nuestra economía global recibirá un impulso para volverse neutra en CO2 si estas tecnologías son económicamente viables (especialmente para las economías emergentes). La tecnología desempeñará un papel esencial en el camino hacia la reducción de nuestras emisiones de CO2. Se trata de la generación, almacenamiento y distribución de energía.
El Medio Ambiente
Además de que los combustibles fósiles emiten gases de efecto invernadero, también hay que tener en cuenta que el uso de energías renovables debe ser sostenible. Esto es relevante, por ejemplo, con respecto a los recursos necesarios –incluida la tierra– para desarrollar capacidades de energías renovables, con sus posibles impactos adversos sobre la biodiversidad y la contaminación.
La Sociedad
La viabilidad social es crucial. Será un gran obstáculo si la mayoría de la población no puede acceder a una energía asequible, como ocurre actualmente. Además, los países más pobres también deben tener la oportunidad de implementar tecnologías de energía renovable, ya que es necesario reducir las emisiones a nivel mundial.
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