Vehículos eléctricos, paneles solares o termostatos inteligentes... es en lo que pensamos cuando hablamos de tendencias en tecnología verde. Pero, ¿qué pasa con la tecnología que hay detrás de la tecnología?
Hay tres tendencias en tecnología verde de las que tal vez no hayas oído hablar.
Descarbonización de datos
Todo funciona con datos. Sin embargo, su almacenamiento, análisis y procesamiento consumen enormes cantidades de energía; tanta energía que la Escuela de Medioambiente de Yale indica que la emisión de CO2 de los datos iguala a la de todo el sector aéreo. Algunos se refieren a los datos como "el nuevo petróleo", lo que no está nada lejos de la realidad: las emisiones de carbono mundiales de la industria química y petroquímica representan el 3,6%, mientras que las de los datos le siguen de cerca con un 2%, según un informe de NowVertical. Sin embargo, dado que los datos no son algo físico, a menudo no somos conscientes de su importante impacto medioambiental.
Hoy, sin embargo, muchas empresas y proveedores de datos tienen previsto pasarse a fuentes de energía renovables o con bajas emisiones de carbono, un proceso conocido como descarbonización. Deutsche Bank es una de las empresas que están contribuyendo a reducir la huella de CO2 de sus datos al pasar a servicios financieros basados en la nube. Se espera que el paso a infraestructuras en la nube suponga una reducción del 80% en el consumo de energía y en las emisiones de carbono, según Amazon Web Services.
Codificación ecológica o verde
Las aplicaciones y los programas se ejecutan en código creado por desarrolladores.
Cada línea de código indica a la aplicación o al programa qué hacer y cómo hacerlo, pero el procesamiento de cada una de estas líneas produce emisiones de carbono.Cuanto más código hay que procesar, más emisiones se producen. La codificación verde consiste en crear, desarrollar y ejecutar códigos o algoritmos de manera que el software que lo utilice reduzca su consumo de energía. El uso de IA (aprendizaje automático), que aprende la forma más eficiente de operar, mejora asimismo la satisfacción del usuario.
En la codificación verde, los desarrolladores de software consideran tanto el comportamiento estructural del programa -cómo diseñarlo para que consuma menos energía mientras se ejecuta- como el comportamiento del usuario -cuánta energía necesita un usuario para consultar su feed de Instagram, por ejemplo. Esto ayuda a las empresas no solo a reducir la energía, sino también a aumentar la sostenibilidad del negocio al mejorar la satisfacción del usuario. Por su parte, Deutsche Bank está explorando la codificación ecológica en sus aplicaciones de software financiero, y cuenta ya con la previsión de un proyecto de codificación verde de cara al 2023.
Hipotecas verdes
Puede que no nos parezca tecnología a primera vista, pero echemos un vistazo más de cerca. Los préstamos hipotecarios verdes premian con un tipo de interés más bajo a aquellos clientes que pueden demostrar que la vivienda que quieren adquirir cumple unas ciertas especificaciones medioambientales o bien que tienen como objetivo renovar dicha vivienda para hacerla más eficiente y sostenible. Conseguir edificios energéticamente eficientes es esencial para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sobre cambio climático, especialmente en Europa.
Sin embargo, los cálculos hipotecarios actuales no tienen en cuenta la eficiencia energética y las entidades de crédito no disponen aún de datos suficientes para demostrar que los edificios energéticamente eficientes suponen un menor riesgo.
Y aquí es precisamente donde entra en juego la tecnología. Deutsche Bank, por ejemplo, está desarrollando un algoritmo de aprendizaje automático que evaluará la eficiencia energética de los edificios en función de su ubicación geográfica y del año de construcción; predecirá el consumo futuro de energía primaria y elaborará préstamos personalizados para compradores de viviendas o promotores de edificios sostenibles. Las primeras fases de desarrollo del algoritmo ya han concluido, y el inicio de la fase siguiente se prevé de cara al mes de febrero de 2023.
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