Se acerca el final del año y, por eso mismo, hay que empezar a calcular cuánto deberemos pagar a Hacienda por nuestros productos de inversión. Se avecinan cambios.
Según las Cuentas Financieras de la Economía Española que publicó el Banco de España en julio, el 12% del patrimonio financiero que poseen los españoles lo colocaron en fondos de pensiones y seguros, mientras que las participaciones en el capital (fundamentalmente, acciones en grandes empresas cotizadas) y en los fondos de inversión se llevaron un 46%. Entre los productos de inversión más populares, sobre todo con el reciente ascenso de los tipos de interés, también se encuentran los títulos de deuda pública.
Tributamos por las participaciones en el capital de grandes empresas cotizadas a través de las ganancias que obtenemos con ellas. Pagamos a Hacienda por la revalorización de las acciones cuando las vendemos y por los dividendos que recibimos normalmente en metálico.
En ambos casos, estos beneficios se integran en las rentas del capital que prevé el IRPF y que incluyen novedades para la campaña de la renta de 2024 en los dos tramos más altos: la presión aumenta en un punto para los beneficios de entre 200.000 y 300.000 euros y en dos puntos para los beneficios superiores.
Más concretamente, la tributación de las ganancias conseguidas con la venta de las acciones y los dividendos en metálico se estructuran así:
- Hasta 6.000 euros de beneficio: 19%.
- Desde 6.000 euros hasta 50.000 euros: 21%.
- Entre 50.000 y 200.000 euros de beneficio: 23%.
- Entre 200.000 y 300.000 euros: 27%.
- Para beneficios superiores a 300.000 euros: 28%.
Pasamos ahora a los fondos de inversión. El volumen de activos de los fondos de inversión domésticos, de acuerdo con últimos datos anuales publicados por el Observatorio Inverco , representó en 2022 casi una cuarta parte del PIB nacional o 300.000 millones de euros. Además, entre 2012 y 2022, el patrimonio invertido en fondos, en relación al PIB nacional, habría crecido casi 12 puntos en España y se habrían superado los 16 millones de cuentas de partícipes.
Como nos recuerda la CNMV , “las rentas de los fondos de inversión se generan fundamentalmente en el momento de la venta de las participaciones por la diferencia entre el valor de reembolso (o venta) y el valor de suscripción (o compra) y, en algunos casos, como en los fondos de reparto, también al recibir dividendos”.
Dicho de otra forma, las ganancias las recogemos sobre todo cuando vendemos más caro de lo que compramos, y merece la pena recordar en este sentido que solo se tributa cuando se venden las participaciones y no cuando se traspasa la inversión de un fondo a otro. En el caso de los fondos de inversión, la fiscalidad por los beneficios de la venta de las participaciones es similar a la de la venta de las acciones de las grandes cotizadas, porque ambas tributan como rentas del capital en el IRPF. Eso sí, existen diferencias en la fiscalidad de los fondos en Navarra y País Vasco.
En cuanto al fondo de pensiones, es un vehículo financiero diseñado con el objetivo de ahorrar para la jubilación (aunque se puede rescatar antes de dicho momento bajos circunstancias especiales, como desempleo, enfermedad, etc.). Ya hemos comentado la tributación de los fondos de inversión, pero la de los planes de pensiones individuales merece una mención especial.
Cuando se rescatan los planes de pensiones individuales, su tributación se integra en la declaración de los rendimientos del trabajo del IRPF. Por otra parte, el límite máximo de aportación a planes de pensiones individuales continúa siendo de 1.500 euros y el límite máximo de deducción por aportaciones asciende a la menor entre 1.500 euros o el 30% de los rendimientos netos del trabajo y/o de actividades económicas.
Para cerrar, finalmente, este breve recorrido por los productos de inversión y ahorro más populares y su tributación, no podían faltar los bonos y obligaciones del Estado. Y aquí también sucede, como hemos visto hasta ahora, que existen dos formas de obtener ganancias y dos vías para pagar a Hacienda por ellas.
Podemos ganar vendiendo más caro de lo que compramos los bonos y obligaciones y también percibiendo sus intereses periódicos (cupones). En ambos casos, la tributación coincide, como sucedía con las acciones y sus dividendos, los fondos de inversión o los fondos de pensiones, con los tramos que prevé el IRPF para las rentas del capital.
Unas rentas del capital, que no lo olvidemos, aumentan la presión fiscal, para la campaña de la declaración de la renta del año próximo, en un punto (del 26% al 27%) en el tramo de beneficios que va de 200.000 a 300.000 euros y en dos puntos (del 26% al 28%) para el tramo de los beneficios superiores a 300.000 euros.
La información suministrada en este documento está basada en criterios objetivos e información fiable, pero no constituye oferta, ni solicitud para comprar o vender el producto financiero analizado, quedando la opinión expresada en la fecha de emisión del análisis, sujeta a cambios experimentados por los mercados. Deutsche Bank no se responsabiliza de la toma de decisiones que se fundamenten en esta información". Deutsche Bank Sociedad Anónima Española Unipersonal. All rights reserved. Deutsche Bank, S.A.E.U.-RM Madrid,T.28100, L. 0,F.1, S.8, hoja M506294, inscripción 2, -CIF . A-08000614
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